Termostato Global

La tectónica de placas es sorprendentemente una parte importante para el sostenimiento de las condiciones necesarias para la vida, pues parece que actua como un termostato global.

Promoción de la Diversidad

La deriva continental asociada con la tectónica de placas cambia el medio ambiente para las formas de vida. Se cree que esto ha promovido la diversificación de las especies, y que esa diversidad es una de las defensas más fuertes contra la extinción.

Efecto de los Cambios del Nivel del Mar

El modelo de la tectónica de placas en su papel de constructora de montaña y continente, conserva el mantenimiento de altitudes sobre el nivel del mar. Sin esta función, las montañas se erosionan con el tiempo y se perderían. Se ha sugerido que los cambios del nivel del mar pueden contribuir a un termostato global efectivo, mediante la exposición de más carbonatos a las orillas del mar, y contribuyendo al dióxido de carbono de la atmósfera.

Formación de Continentes

Dado que los continentes han proporcionado una mayor diversidad de vida, se puede argumentar que el papel de la tectónica de placas en la construcción de los continentes, es algo favorable para la vida en la Tierra.

Condiciones para un Campo Magnético Planetario

La estructura básica de la Tierra, con la ayuda de la tectónica de placas, hace que sea posible el campo magnético de la Tierra. Ni Marte ni Venus tiene tal campo magnético. Venus tiene núcleo y regiones fundidas como la Tierra, pero una tasa de rotación muy lenta. No produce ni tectónica de placas ni campo magnético. Marte tiene vulcanismo, pero limitado a un número reducido de espectaculares grandes volcanes como el Monte Olimpo. Su campo magnético es débil a pesar de un período de rotación similar al de la Tierra. Esto sugiere que la naturaleza fundida del manto de la Tierra que facilita la tectónica de placas, también es esencial para el funcionamiento de la dinamo que produce el campo magnético.

El campo magnético de la Tierra está fuertemente protegido, contra el bombardeo de las partículas cargadas de alta energía que llamamos rayos cósmicos. Cuando tales partículas de alta velocidad se aproximan a la Tierra, son desviadas por la fuerza magnética, lo que reduce la irradiación de la superficie de la Tierra.